¡Una historia de navidad! - Diego.

Después de mucho tiempo, por fin logre conseguir a Diego. Les diré algo con mucha sinceridad ¡No fue una tarea fácil! Quería que él siguiera la continuidad de la historia, que se presentara, dijese todos aquellos cambios que han sucedido desde que Alice escribió, pero sonriente y tan dulce como solo él puede ser, me pidió que lo hiciera yo.

Esta vez, la historia no es tan antigua, es más actualizada, más vivida ¡Incluso por mi! Diego ya tiene 21 años, se ha graduado, se reta a si mismo a diario aunque a veces es un tanto holgazan, dejo de tocar la guitarra pero escucharla le llena profundamente de sentimientos, se sumerge en sus pensamientos y nadie lo logra sacar de allí por un buen rato. Luego de la descripción de Alice, decidí contactarlo y conocerle más.

Opte una vez más por tomar el camino arriesgado, por irme a un largo viaje donde conocerme ha sido mi especialidad, donde mi mente guarda y fotografía cada cosa que ve. Todo apuntaba a que estaba mal y ahí estaba yo, retando a la vida y al tiempo. Realmente no me importaba cada situación valía cada pena que con el adquirí.

Me recibió en el lugar donde habíamos pautado, decidió invitarme un café y explicarme que rutina tendríamos para el tiempo que me quedaría, "al fin y al cabo vienes a conocer, no puedo ser mal anfitrión". Estuvimos solo un par de horas en ese restaurant, era medio día así que decidimos comer un aperitivo también, como típico de un lugar turístico, tenia detalles sencillos pero llamativos, muy vintage; a pesar que me explico lo que haríamos, para esa tarde había decidido dejar una "rutina sorpresa"

Caminamos unas largas cuadras hasta llegar a un lugar muy parecido a un bosque en medio de una ruidosa ciudad, al entrar todo cambio, se escuchaban las aves que allí habitaban, recorrimos un poco hasta llegar a un lugar de arboles muy altos, ¡No se imaginan que lindo era! Estaba sorprendida, fue como entrar al bosque de Terabithia, solo hay que tener un poco de imaginación para lograrlo ver. Había agua, peces, el sol radiante de esa tarde iluminaba todo el lugar de una forma especial, sin producir mayor temperatura, flores de varios colores y él, en medio de esa inmensa concha acústica y azulejos rojos sonriendo con sus brazos elevados, no podía evitar demostrar el orgullo por su lugar favorito, fue inevitable fotografiar ese momento a lo que me dijo sorprendido ¿Qué haces? para luego sonreír mucho más.


Ya atardeciendo decidimos salir de aquel lugar, quería saber a donde íbamos, ya pronto oscurecería, yo no paraba de preguntar ¿esta vez a dónde iremos?

- Ya calma, ya estamos por llegar, iremos al teatro. 

- ¿Al teatro? ¡Me encanta la idea!  

Y bueno, sonreímos un poco más.

Caída la noche y luego de caminar un poco, el frío de la noche se acentuó, me coloque una bufanda para no enfermar una vez más, como todo el año lo he estado, llegamos y el teatro estaba cerrado, tenia todas las luces encendidas, por dentro una luz amarilla, cálida y al mismo tiempo elegante, por fuera iluminando la fachada luces rosas, violetas y azules. -"Espera un momento acá" Se acercó al portero y hablo por un largo rato con el, mientras tanto yo solo lo veía un poco consternada y al mismo tiempo maravillada de tan lindo lugar. Sonrió y estrechó la mano del portero y regreso a mi.


-"A ver, le he dicho que esto es una sorpresa para ti, que eres mi novia y quiero pedirte matrimonio, se que le he mentido un poco pero al menos nos ha dejado pasar"

- ¿Cómo es eso? ¿Y ahora qué haremos? No podía dejar de reírme, ¿A caso tienes un anillo guardado? 

- Bueno, ¡no! Pero algo que si haremos es vendar tus ojos con tu bufanda, ya sabes, para crear mayor expectativa al señor portero.

- ¡JAJAJA! Estas loco ¿Lo sabes no? ¡Hagamoslo! 


Me cubrió los ojos con mi bufanda, por cierto mi favorita y me llevo hasta entrar al lugar, anteriormente, habíamos practicado un poco de teatro improvisado, donde decidimos que para iniciar diríamos ¡acción!

-"Tu solo actúa conmigo" ¡ACCIÓN! Y descubrió mis ojos.




Tuvimos un buen momento, actuamos como si nos comprometieramos y continuamos actuando un poco más, como distintos personajes. Al salir compramos algo de comer y nos fuimos a casa a descansar.

- ¿Te parece ver una película?

- ¡Vale! Veamosla.

3 películas más tarde, notamos que ya era de madrugada.

Por momentos parecía irreal, un sueño; tenia una ciudad desconocida por recorrer pero allí, allí había un universo entero entre solo cuatro paredes, había historia, habían sueños, no bastaba más que buena música, chocolate y un papel. Podría decir que conocerle fue una experiencia única y sí, lo fue, solo ¡no quería admitirlo! ¿Alguna vez te han hecho sentir tan cómoda en un lugar como para sentir que perteneces a él? A mi si, aunque sabia que no pertenecía ahí, que solo era un rato prestado, una realidad para nada exclusiva pero que en ese momento, solo ese instante era toda mía.

Los días pasaban y cada vez aprendía más de él, así como también aprendía de ella un poco más.

Me resulto un poco delirante y otro poco adictivo el detener el tiempo como el lo detenía, saber que hay cosas que solo suceden una vez en la vida y quedan grabadas ¡se guardan pero no dañan! Son esas cosas que se recuerdan con las canciones de verano o de invierno, cuando escuchas música Indie mientras nadie te ve y te sumerges en ella, cuando solo estas tú y sonríes como si de un chiste se tratara.



Para nadie es un secreto que no amo la navidad, pero en ese lugar hasta las luces navideñas se veían distinto, alumbraban más. ¡YA LO SE, YA LO SE! No tienen que decirlo, se que no alumbraban más, era yo quien las veía distinto.

Diego tenía buena música, buenas palabras, buenos abrazos, lo sentí tan mio que por un momento lo creí real.

Pero una vez más no fue así, solo era ella contándome lo que se sentía vivir con él. Hola, suelen llamarme Milu, tengo 21 años ya casi 22. Soy la persona que le dio luz y vida a un personaje que no creí conocer jamás o mejor dicho, a tres. Ya casi es nochebuena y quizás este es el mejor regalo que me pudieron dar, tan hermoso e irreal como el principito.

Ahora solo me falta la rosa... se que pronto la podré convencer.


Con todo el amor que un grinch les puede dar en navidad.


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